Ucrania bombardea desde 2014 las repúblicas separatistas

Julio Zamarrón e Irene Ruíz

La que nos ocupa hoy no puede comprenderse sin antes conocer el mapa político ucraniano y como éste responde a brechas lingüísticas, religiosas y culturales que se remontan siglos atrás. No puede simplificarse el conflicto a una cuestión de gas, rublos y tanques, pues lo que hay en juego se trata en gran medida del control de un relato. Y por desgracia para nostálgicas como las que suscriben, tampoco se puede resumir ya con lógicas de la Guerra Fría; aunque derive directamente de ellas. No podemos pedir a la opinión pública que se acerquen a la política internacional cuando esta se explica a golpe de conflictos de usar y tirar, (¿Alguien se acuerda de las afganas? ¿y qué ha ocurrido con Kazajistán?) pero sí es legítimo pedir un poquito más de nivel del periodismo mainstream y de la clase política que nos mete en una guerra a golpe de fragata.

Hacemos ahora un breve paréntesis para volver a la más reciente actualidad que tampoco se ha contado, y es que Donetsk denunció 522 bombardeos por parte de Ucrania en nueve días. La autoproclamada república consigna que fueron dañados 87 edificios de viviendas, 51 infraestructuras civiles, incluidos dos servicios médicos, cinco centros educativos, cuatro instalaciones de información, sistemas eléctricos, de agua y gas, así como cuatro vehículos.
Ucrania en nueve días hizo uso de 6.748 municiones de diferentes calibres

Quizá pedimos demasiado: Boris Johnson se marcha a Kiev para tapar sus fiestas locas en Downing Street, mientras que su Ministra de Exteriores no es capaz de situar la ciudad rusa de Rostov en el mapa. A Biden le falla la memoria y cuando quiere decir Afganistán dice Ucrania, perdón, Iraq, porque total, qué más da, y mientras, Pedro Sánchez se hace fotos telefoneando a la OTAN y ofrece Rota y fragatas, pero, como en Bienvenido Mr. Marshall, los americanos vuelven a pasarle de largo y le excluyen de la ronda de negociaciones. Lo más grave es que ya nada de esto nos sorprenda.

Las guerras no las hacen las historias individuales, sino que deben situarse en la historia y en el análisis geopolítico; nada hay más colectivo que las guerras. Sin embargo, es mucho más efectista narrar un conflicto desde los testimonios, desde la lágrima, el dolor y la empatía. Lo preocupante es que sólo nos llegan las voces de una parte del conflicto, las que interesa amplificar, porque a no ser que saques historias de vidas destrozadas por el exilio y la muerte, nadie va a comprarte que mandes una fragata a un país a cinco mil kilómetros, donde no se te ha perdido absolutamente nada.

El problema viene cuando ninguna de esas historias se sostiene: en solo dos semanas, hemos visto como El Diario rectificaba una noticia en la que entrevistaba a una activista ucraniana que resultó ser nieta de un criminal de guerra de las Waffen SS-Galitzia, la división ultranacionalista ucraniana que desplegó las políticas nazis en el territorio. El Mundo entrevistaba también a Ivan Vovk, un portavoz de la Asociación Patriótica de Ucranianos en España, cuyas redes sociales le mostraban haciendo el saludo nazi rodeado de parafernalia militar alemana; y Televisión Española entrevistaba a unas mujeres mayores en Jarkov como “voluntarias civiles”: lástima que se les colara en plano las banderas con emblemas ultras y nazis del Batallón Azov, el destacamento militar fascista para el que las señoras de bien cosían redes de camuflaje.

Manipulaciones varias de Antena 3, con las manos en la masa

Nos están mintiendo: una importante parte de la población ucraniana que más activamente apoya la intervención por la que aboga Washington, Londres y Varsovia pertenece a partidos y movimientos ultraliberales, de extrema derecha o directamente neonazis. Esos grupúsculos fueron financiados y crecieron al calor de la “soft diplomacy” hasta provocar un estallido social de enorme violencia en el país en 2013, en la plaza de Maidán. Os invitamos, por lo menos, a sospechar de “demócratas” y “patriotas” de oscuro origen.

UrbanMadridNews@gmail.com

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